CARDÓN (Euphorbia canariensis)

El cardón (Euphorbia canariensis) se encuentra en todas las islas del archipiélago canario entre los 100 y los 900 m de altitud, excepto en la isla de Lanzarote (donde se supone que existió pero los últimos estudios coinciden en su total desaparición). Antiguamente su presencia era muy normal pero actualmente solo lo observamos en áreas muy agrestes.

Junto a la tabaiba, es la especie más característica del piso de vegetación conocido como cardonal-tabaibal (de matorral xerófilo). En este ecosistema semidesértico podemos observarlo tanto en grupos dispersos como en un grupo único. Los más imponentes se encuentran en la isla de Fuerteventura, en Cofete (Parque Natural de Jandía). Y es precisamente en esta isla, en la península de Jandía, donde existe una especie diferente y exclusiva de esta zona, el Cardón de Jandía o Euphorbia handiensis, seriamente amenazada.

El cardón canario es un arbusto alto y robusto, puede superar los 4 m de altura y los 100 m² . Esta característica es la razón por la que en el interior se crea un micro hábitat al que se asocian diversas especies animales y vegetales.

Sus tallos cuadrados o pentagonales de 4, 5 ó 6 caras forman una especie de candelabro y están provistos de espinas cortas (0,5 cm) situadas en doble fila a lo largo del tallo. Las flores son verde-rojizas y salen de unas cápsulas de color rojo-pardo de los extremos superiores del cardón. El cardón de Jandía, en cambio, raramente alcanza el metro de altura, presenta tallos de entre 8 y 14 caras, y las espinas son más largas (2-3 cm).

Antiguamente el cardón se usaba para “embarbascar”, una técnica que consistía en arrojar trozos del arbusto en charcos de la costa para que su látex, muy tóxico, dejara atontados a los peces y capturarlos con mayor facilidad. También se ha utilizado como tratamiento veterinario para las cabras, como purgante, y, en medicina popular, para aliviar dolores de muelas y combatir enfermedades cutáneas.